El arranque de los Juegos ha sido espectacular. Una lástima, pero espectacular. Las chicas de Evaristo han dado otra exhibición de espíritu frente a las anfitrionas. Ha sido uno de esos partidos en los que da la sensación de que si hubiera durado dos o tres minutos más, le habrían dado la vuelta. Pero no ha sido así y no queda más que seguir luchando, algo que, desde luego, estas chicas nos tienen del todo garantizado.
Y tras las chicas, los chicos. Un verdadero partidazo con un rival siempre competitivo y con carácter. Mejor inicio, imposible, del que se pueden hacer varias consideraciones previas. Éstas son algunas:
1. El primer cuarto, importantísimo.
Excepto para Italia, maestra en acabar bien o muy bien lo que empieza mal o muy mal, los inicios de un partido o un campeonato son importantísimos. Tienen que serlo. El primer cuarto de hoy debe servir para que el equipo se acomode en la pista y Aíto en el banquillo. Al equipo, es presumible que le basten unos minutos para reencontrarse, once meses después de su último partido oficial; y del seleccionador no hay que olvidar que, por mucha experiencia que tenga, incluso a nivel internacional, es tan debutante como Ricky en un campeonato de estas características. Estoy convencido de que, desde el salto inicial, el equipo le facilitará su adaptación. Pero el primer cuarto es muy importante, decisivo para empezar a contar con buenas sensaciones.
2. ¿Está Grecia más en forma, o al menos con más ritmo de competición?
Es algo que días atrás Aíto dijo temer. Yo no tengo muy claro que vaya a ser así. Después del preolímpico, los griegos tuvieron una semana o diez días de descanso y desconexión, y no me sorprendería que incluso les hubiera ido peor. Sí es evidente que hace menos que han jugado partidos de competición, pero si de algo da muestra nuestra Selección es de una impresionante capacidad para concentrarse en partidos clave.
3. Un debate que no tiene sentido
Afortunadamente, el debate sobre si el cartel de favorito pesa, no tiene sentido cuando se trata de esta Selección porque la respuesta la sabemos todos: no. Es más, en los últimos días, a medida que se ha ido acercando el debut, nuestros jugadores, uno detrás de otro, han insistido en que su objetivo es el máximo. Si no fuera así, se quedarían en casa. No es un tópico, nada en este equipo es un tópico. Lo vamos a volver a ver en estos Juegos. El debate sobre el favoritismo y la presión está hecho para los equipos modestos, carentes de confianza, incluso podría decirse que mediocres. Es decir: no para éste.
En fin: no olviden poner el despertador a la hora. A las 8:30 empezamos.
sábado, 9 de agosto de 2008
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