Esteve Rubio y su mujer, Tona, llegaron a casa ayer lunes sobre las seis de la tarde, procedentes de Riga, con la medalla de bronce del Europeo U20 colgada del cuello de su hijo mayor, Marc. No la vivió la familia Rubio al completo porque el mediano, Ricky, está en Pekín; y la pequeña, Laia, participa en las jornadas de Detección de Talentos de la FEB en Santa Maria de Collell. No hay otra familia con una agenda baloncestística de este verano tan cargada. Y en unos días, este mismo viernes, vuelan hacia China para sentir en directo la recta final del debut olímpico de Ricky.
“Estamos lógicamente muy contentos –me dice Esteve, todavía con las maletas en la mano-. Sólo nos ha sobrado la apendicitis de Rabaseda”. Los padres de los Rubio están inevitablemente pendientes de sus tres frentes. El día de la ceremonia inaugural de los Juegos recibieron la llamada de Ricky desde Pekín. “Esto es impresionante, nos decía, estaba alucinado. Y nosotros encantados, claro”. Satisfacción doble, porque Marc, además de haber participado en la consecución del bronce europeo U20, ha sido un jugador importante en el equipo, su aportación fue decisiva en varios partidos, en especial contra Rusia, en el que España remontó nada menos que 18 puntos de desventaja.
“La última vez que Marc ganó un bronce, Ricky ganó el oro…”, me recuerda Esteve. Fue en 2006. Marc en el Europeo U18 y Ricky en el U16. Me lo dice casi en voz baja, como aquel que dice que no cree en estas cosas, pero…
“Estamos lógicamente muy contentos –me dice Esteve, todavía con las maletas en la mano-. Sólo nos ha sobrado la apendicitis de Rabaseda”. Los padres de los Rubio están inevitablemente pendientes de sus tres frentes. El día de la ceremonia inaugural de los Juegos recibieron la llamada de Ricky desde Pekín. “Esto es impresionante, nos decía, estaba alucinado. Y nosotros encantados, claro”. Satisfacción doble, porque Marc, además de haber participado en la consecución del bronce europeo U20, ha sido un jugador importante en el equipo, su aportación fue decisiva en varios partidos, en especial contra Rusia, en el que España remontó nada menos que 18 puntos de desventaja.
“La última vez que Marc ganó un bronce, Ricky ganó el oro…”, me recuerda Esteve. Fue en 2006. Marc en el Europeo U18 y Ricky en el U16. Me lo dice casi en voz baja, como aquel que dice que no cree en estas cosas, pero…
UNA LECCIÓN DE SUFRIMIENTO, NADA MÁS. Claro que me lo dijo, y lo se lo jaleé, antes de sufrir como acabamos de sufrir frente a China. Lo dificilísimo que ha sido doblegar a los anfitriones nos tiene que servir de lección, para contener, aunque sea un poquito, nuestra lógica propensión a dar por ganados prácticamente todos los partidos. Por lo que a mí respecta, lo reconozco sin excusas: “Ganaremos de 20”, le he dicho apenas una hora antes de empezar a un amigo con el que me he cruzado al volver de comprar el pan. Lo que me viene a recordar que la experiencia puede no ser siempre un grado.
Ahora bien: hemos ganado, y no de uno, de dos ni de tres sino de 10. Dicho de otro modo: teniendo que remontar, sufriendo, con errores, sí, pero el resultado ha sido el mismo. Incluso mejor, porque los 8 o 9 últimos minutos han sido para disfrutarlos, para enganchar, lo que antes decíamos para hacer afición. Así que: contengamos algo nuestra euforia, pero que nadie caiga ahora en la depresiva actitud de empezar a buscarle a este equipo peros y defectos. Sus virtudes siguen siendo muchas más, y probablemente mejores, porque ganar un partido como el de hoy sólo está al alcance de los equipos grandes. Y en esto estamos hoy igual que ayer: esta Selección lo es. Ha sido una lección de sufrimiento, nada más que eso.
De lo que han hecho Ricky, Pau, Rudy, Marc… ya hablaremos.
2 comentarios:
Sí, sí pero mjucho hablar de la rotaciones de Aito pero hoy Rudy y Pau Gasol 35 minutos. ¿Qué hay que decir de esto?'
Yo creo que cuando un jugador está destacando en un partido, aunque haya rotaciones, jugará más minutos que el resto no?
Lo que no entiendo es porqué Raúl juega tan poco...
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