Un apunte, sin más importancia que la anecdótica, pero para que quede constancia histórica, que la historia se ha de respetar siempre.
Aunque en estos últimos días hemos leído todos varios artículos asegurando que Aíto García Reneses ha sido el seleccionador más fugaz de la historia (Aíto el Breve, le ha llamado Iturriaga en El País), lo cierto es que no es así. Otros tres ex seleccionadores le superaron en brevedad.
El primero, Mariano Manent. El que fue primer seleccionador de la historia sólo dirigió cuatro partidos: el primero de la historia del equipo, el 15 de abril de 1935 en Madrid contra Portugal (de clasificación para el Europeo) y, tras la victoria que significó la clasificación, los tres del Europeo de ese mismo año, en Ginebra, unas semanas más tarde.
El segundo, Santiago Monerris. Fue seleccionador únicamente en un partido, el que el equipo jugó el 7 de marzo de 1943 en Toulouse, el primero después del largo paréntesis provocado por la guerra civil. Como eran otros tiempos, en ese partido Monerris no sólo fue el seleccionador español, también fue uno de los árbitros.
Y el tercero, Pedro Ferrándiz. El entrenador con mayor palmarés de la historia del baloncesto español, el hombre que lo ganó prácticamente todo al frente del Real Madrid, sólo ejerció de seleccionador en el verano de 1965 en el Eurobasket disputado en Tblisi (entonces Unión soviética, ahora Georgia), que España acabó en octava posición. “Fue un lunar en mi historial, un auténtico fracaso”, dijo años después el propio Ferrándiz.
Aunque en estos últimos días hemos leído todos varios artículos asegurando que Aíto García Reneses ha sido el seleccionador más fugaz de la historia (Aíto el Breve, le ha llamado Iturriaga en El País), lo cierto es que no es así. Otros tres ex seleccionadores le superaron en brevedad.
El primero, Mariano Manent. El que fue primer seleccionador de la historia sólo dirigió cuatro partidos: el primero de la historia del equipo, el 15 de abril de 1935 en Madrid contra Portugal (de clasificación para el Europeo) y, tras la victoria que significó la clasificación, los tres del Europeo de ese mismo año, en Ginebra, unas semanas más tarde.
El segundo, Santiago Monerris. Fue seleccionador únicamente en un partido, el que el equipo jugó el 7 de marzo de 1943 en Toulouse, el primero después del largo paréntesis provocado por la guerra civil. Como eran otros tiempos, en ese partido Monerris no sólo fue el seleccionador español, también fue uno de los árbitros.
Y el tercero, Pedro Ferrándiz. El entrenador con mayor palmarés de la historia del baloncesto español, el hombre que lo ganó prácticamente todo al frente del Real Madrid, sólo ejerció de seleccionador en el verano de 1965 en el Eurobasket disputado en Tblisi (entonces Unión soviética, ahora Georgia), que España acabó en octava posición. “Fue un lunar en mi historial, un auténtico fracaso”, dijo años después el propio Ferrándiz.
De todo eso hace unos cuantos años, eran otros tiempos. Pero basta para que Aíto no pueda ser considerado el seleccionador más fugaz de la historia de España.
(De hecho, rizando un poco el rizo podría considerarse que este título se le debería otorgar al estadounidense Ed Jucker. Jucker firmó en 1965 un precontrato en el que se comprometió a hacerse cargo de la selección española a partir de 1967, pero no lo cumplió porque le llegó una oferta de los Cincinnati Royals (NBA) y la aceptó. Su decisión permitió que su suplente se mantuviera en el cargo… durante 26 años, 9 meses y un día. Era Antonio Díaz Miguel, claro)
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