A apenas cuatro días del arranque de la temporada 2008-2009, la Adecco LEB nos ha dado una última muestra de su salud deportiva con el aterrizaje en Cáceres de Lucio Angulo, pero también con numerosos resultados de pretemporada, que han dado a los equipos de la categoría de Oro un empaque de elite.
Hasta seis victoria sobre equipos ACB: El Vic sobre el ViveMenorca (100-82), el Breogán sobre el Gruesa GBC (89-61), el Illescas sobre el Alta Gestión Fuenlabrada (74-67), el Lleida sobre el ViveMenorca (83-80), La Laguna sobre el Bruesa GBC (88-84) y el Tenerife sobre el Tau Cerámica (90-88), sin olvidar la victoria del bronce AD Molina sobre el Murcia (72-69). En pocos veranos se habían dado tantos resultados así, que reflejan sin duda –aunque con todos los matices de una pretemporada- que la línea de separación entre las dos grandes categorías del baloncesto español es cada vez más estrecha.
La temporada, por otro lado, empieza con el recuerdo aún presente de la gran fiesta que hace apenas unos meses vivimos en Cáceres con las tres Finales a Cuatro, y que a buen seguro volveremos a vivir en la ciudad que la acoja al final de esta campaña.
Está claro que para un grupo cada vez más amplio de equipos el gran objetivo es el ascenso. Pero las Adecco LEB tienen razón de ser en sí mismas, una importancia deportivo-social clave en la pirámide del baloncesto español. Sólo así se explica que, a pesar de haber perdido algún equipo, en general las tres categorías hayan logrado sobrevivir a la crisis de estos últimos meses, de la que no ha salido indemne ni siquiera la elite.
De modo que la LEB, tan viva como siempre, nos vuelve a prometer pasíón de principio a fin. A disfrutarla.
Hasta seis victoria sobre equipos ACB: El Vic sobre el ViveMenorca (100-82), el Breogán sobre el Gruesa GBC (89-61), el Illescas sobre el Alta Gestión Fuenlabrada (74-67), el Lleida sobre el ViveMenorca (83-80), La Laguna sobre el Bruesa GBC (88-84) y el Tenerife sobre el Tau Cerámica (90-88), sin olvidar la victoria del bronce AD Molina sobre el Murcia (72-69). En pocos veranos se habían dado tantos resultados así, que reflejan sin duda –aunque con todos los matices de una pretemporada- que la línea de separación entre las dos grandes categorías del baloncesto español es cada vez más estrecha.
La temporada, por otro lado, empieza con el recuerdo aún presente de la gran fiesta que hace apenas unos meses vivimos en Cáceres con las tres Finales a Cuatro, y que a buen seguro volveremos a vivir en la ciudad que la acoja al final de esta campaña.
Está claro que para un grupo cada vez más amplio de equipos el gran objetivo es el ascenso. Pero las Adecco LEB tienen razón de ser en sí mismas, una importancia deportivo-social clave en la pirámide del baloncesto español. Sólo así se explica que, a pesar de haber perdido algún equipo, en general las tres categorías hayan logrado sobrevivir a la crisis de estos últimos meses, de la que no ha salido indemne ni siquiera la elite.
De modo que la LEB, tan viva como siempre, nos vuelve a prometer pasíón de principio a fin. A disfrutarla.
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