Curiosamente, algo en general tan complicado de ver aplicar por los entrenadores en el baloncesto profesional –cuando no excepcional-, lo predican desde siempre los técnicos de base, de formación.
Ya lo sacamos a colación semanas atrás. Pero vale la pena recordarlo cuando se da algún caso que lo propicie, como el que en las dos últimas semanas ha protagonizado en la Liga ACB Xavi Rey (21 años, 2.09), un jugador que ya destacó en nuestras selecciones inferiores y que ahora parece estar frente a su primera gran oportunidad. Y no precisamente en un momento fácil para su equipo, el Cajasol. A pesar de lo cual ha dado dos pequeñas muestras –esperemos que sólo las primeras- del que podría ser su verdadero potencial.
Y habando ya en general, ¿cuál será el verdadero potencial de un jugador cualquiera? Dependerá de varios factores, tanto propios (el trabajo individual, la actitud y el carácter) como ajenos (la confianza que se le dé, los minutos de juego y el empeño del club y el entrenador), e incluso también puede llegar a jugar la suerte.
El éxito final no se tendrá que medir porque haya salido un crack –de estos hay pocos y difícilmente se pueden fabricar- sino por el resultado de que todo jugador ha alcanzado o rozado el máximo nivel de sus posibilidades, sean de primero, segundo o tercer escalón.
Y ese éxito, sólo si juegan es posible conseguirlo.
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